domingo, 29 de abril de 2012

EL ENCUENTRO

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   La misma sombra de aquel árbol marcaba el empedrado. La noche venía entre los vientos de un jazz y el rumor lejano a mar. Los portales se encendían uno a uno; se iba insinuando la escena nocturna. La noche traía el silencio, y las voces ocultas eran párpados que buscaban. Se vestía el cielo y se reflejaba en los charcos de la calle. Llenándole los ojos de nostalgia, aquel día le traía el pasado. La mirada buscaba la sorpresa que no llegaba. Venía de otras sombras, de rejas grises, de ventanas oscuras, de paredes implacables marcadas de desidia. Su deuda era con su historia lejana que lo condenaba. Caminaba entre las primeras luces de neón altas y titilantes confundiendo a la oscuridad. Su paso era cansino solo sentía en su sangre el abrazo esperado, el roce de la piel que soñada una y otra vez. Los autos marcados con luces  eran relámpagos para sus ojos hechos de interminables noches. Ciego se dirigía al rincón de los recuerdos, aunque sabía con claridad que mientras el tiempo pasa, la verdad huye. Aquel bar olvidado, que respiraba aún el ambiente de otros tiempos, se le presentó como un barco a la deriva, fantasma sacado de la bruma. La misma entrada, la misma luz esquiva y parpadeante que anunciaba Cocktail and Dance. Se detuvo como si una mano invisible venida del otro lado estuviera en su pecho. Latía su corazón y el reencuentro tenía sabor amargo de años perdidos. Buscó en su gabán oscuro un cigarro. Lo encendió con placer, quería sentirse envuelto en un intenso humo. Desde la ventana unos ojos le encontraban. Le pareció reconocer unas formas perdidas pero vivas en su mente. Nada lo detendría era volver y ubicarse con su pasado que sabía no existía. El saxo inundó la noche anunciando la llegada de quienes venían sin buscar,  solo querían un encuentro. Traspasó aquella puerta, como quien se vuelve y no encuentra su pasado,  y lo invadió un sentimiento que resucitó en su garganta. Era el aire que necesita, ese vaho, efluvios de whisky y tabaco. Sus ojos abrazaron el lugar desde dentro de su alma.  El piano en fugaz intervención parecía mentir el momento. Y lentamente sintió un par de ojos que nuevamente le buscaban. Se rindió a la llamada, y tropezó con su torpeza que salió de paseo con él. Años entre cuatro muros perversos, y con un solo pensamiento de libertad sin obstáculos. No era la piel, no era la cabellera, no era aquella mirada, era solo aquel espectro dibujado sobre otro dibujo de mujer. Y buscó los colores de unas mejillas, el calor de unas manos...y sintió por un instante un lejano estremecimiento.
-Vamos... -le dijo.
Y salieron rumbo al mar, por una calleja que sinuosa demoraría el encuentro.


Prudencio Hernández Jr. (c) 2012


sábado, 14 de abril de 2012

TRANSVERSAL

    Obra de: Bruno Brusovari

transversal salto de puma tu mirada..
sin rumbo..sin línea recta.
transversal tu caricia que no
elige caminos en mi cuerpo..
y allí quedan tus versos y tus besos
atravesando mi alma que sueña..
sueños contigo y sin tiempo...
transversal el sentir y el pensamiento..
hacen historia que cuenta aquel encuentro.

Prudencio Hernández Jr. (c) abril 2012