El tiempo

El tiempo deja marcas de su pasaje y no existe..
arruga al árbol..surca la tierra..pudre la carne..
pero no se nota su pasaje..tiene tanto poder y nadie lo ve.
inconmensurable en largos sueños por las noches
y de día hace girar la tierra alrededor del sol..
Pone distancias..pone viento...lluvia y todo pasará..
y él inmutable..no existe..jamas existió..
es el tiempo de todos los tiempos..
el del pasado que nada dejó solo ruinas..
el del presente que nada dejará y lo mata al instante..
y el del futuro que jamás existirá.

Tenue luz

Arrancaré la noche a tus ojos..

pondré tenue luz a tus deseos..

seré la tibieza de un recuerdo

recostado a las paredes de tu soledad..

beberé el trago amargo de tus lágrimas..

daré dulzura a tus palabras libres..

dirás mi nombre para despertar al día..

y veré tu sonrisa colgada de mi ventana

con cara de luna y alma apasionada..

Poesía del tiempo que pasa

Ha vuelto la herida del tiempo que agazapado
deja surcos en mi rostro...desempareja mis huesos..
anula la cercanía en mis ojos..
aporrea mis pies de tropezones..
aparco la nostalgia entre malvones..y dolores..
a mi alrededor el tinutis tanguea a su manera..
mi voz se hace grito no escuchado de rebelión
se conforma el último intento de amor 
con roce de pieles..sin ti
ya nada te trae..solo el gorgeo escondido 
de inexplicables vivencias
y tu voz que se acomoda en mi móvil 
como un eco que se repite...

Aún con amor..

será tu piel el cielo que nunca podré tocar..
o serán mis manos arena..viento..brea y mar..
o seré orilla y mi ternura será la espuma que te cubra…
y estarás allí eterna..visible siempre
siempre para mi..en mis ojos y en mi piel…
que sienten la sal de un encuentro ..
que alcanzan tus poros que se meten en los míos
con el calor de miles de veranos..
que nos verán unidos en el horizonte de los sueños..
donde seremos el día que cabalga en el bruñido de las naves..
en las alas de los albatros..en los reflejos del pez que quiere volar…
en aquella caracola que desafía con su colores la eternidad…
o en la roca que los tiempos deshoja como la última flor..
y volveremos.. a ser arena cuando nada quede y todo sea desierto…
allí estará el reflejo de tu piel encandilando mis ojos..aún con amor…

Bullir

He vuelto para amarte..
para tener
tu amanecer en mis ojos..
para sentir
tu aroma interminable..
para besar
tus labios a punto de rocío..
para repetir
tu nombre entre el humo del café...
He vuelto como vuelvo siempre..
que veo
tu piel bullir de las brumas
de un nuevo amanecer...

Hasta la próxima vez

Tu tiempo se va y no vuelve. 

Tu reloj jamás retrocede.
Adónde van los besos

Que una vez guardamos,
Adónde los abrazos

Si nunca llegaste a darlos
Adónde irá lo que un día juramos
Ninguna apariencia nos hará mejores.
Solamente hay que vivir.
Viajar..soñar..tener y perder.
Viajando -dicen- se enaltece el corazón

Te hace olvidar lo que no fue 

Lo que no pudo ser..lo que no vendrá
Ojalá suceda así descansará la pena..

Hasta la próxima vez.

Mirada Perdida

Escapo a las horas
muertas del ayer
que huyen
en el recuerdo
de un momento...
éramos desgarro
de la soledad perenne..
pedazos de almas
golpeadas por la noche
de la incomprensión..
cavernas de música
ensangrentada
eran nuestras venas..
los ojos muertos
en el gris
de las cosas perdidas..
las manos quietas
atadas por la locura
de un sueño..
la mente oscurecía
sin encontrar
pasadizos a la luz..
y llegamos tú y yo
al mismo lugar..
en el mismo momento
a encontrarnos
con la misma
mirada perdida
que buscábamos...

(c)Prudencio Hernández Jr.

A MARIA DEL CARMEN NAZER

Y el jazmín blanco
se ha vuelto luz
en tu camino..
te guía
entre soles y lunas..
entre trinos
de aves del paraíso.
Allí tu otoño..
tu sonrisa..
y el largo sueño
de tu poesía.

AMOR SIN TIEMPO

Se une tu voz al silencio.

Se desgarra la noche entre

el letargo de los árboles,

abro mis ojos entre intensas sombras,

te despierto el alma con estos versos

renacen en tí y en mí, lazos de horizonte

que son amor sin tiempo...palabras

que no se las lleva el viento...

Acariciando mis despojos

Boca de lobo hambriento la noche
me quiso robar tu sueño..
el alma inmaculada del amor encerró
una estrella fugaz en cielo abierto..
y te trajo desnuda en luna llena
vestida de mar acariciando mis despojos..
maté uno a uno todos los recuerdos..
y me quedé renaciendo en el iris de tus ojos..

IMPUNE

Castillos de plata reflejan sangre..
antes de que corra..
corre grito por las calles
en la esquina espera la muerte..
vestida de letanía..armada por la fiebre
juega sus cartas de matar o morir..
sin prisa mete su antifaz en el bolsillo
ya nadie la reconocerá..se mezcla..
y busca..llega al mismo momento
que dos fogonazos..que dos disparos..
y levanta su vista y mata...sin distancia..
cae aquel hombre herido..y no se levantará
pasos apresurados doblan la esquina..
quiebran la sombra..ni la muerte lo sale a buscar.

Vibraciones

Sentí acordes
tan cerca..
tan vibrantes 
como aquel beso.
Respiré tu piel..
me perdí
en el descontrol 
de mis deseos.

Naturaleza muerta

 Después de un día ligero que se iba lánguido como esparciendo el canto lento del jilguero, que quedaba estampado en las hojas que lo cubrían, no sucedía nada….., sería un día más.
   Qué tenía la noche que nada traía y todo se llevaba, como aquellas nubes plomizas casi como el cielo, parecían caer sobre el horizonte desesperadamente sin desaparecer del todo. 

 Era tanta la calma que cortaba el aire con su impaciencia. Sus ojos al fin divisaron un movimiento, una silueta se acercaba. Era un jinete en corcel blanco, contraste del día que se iba. 

      Le pareció que hacía un rodeo para llegar al lugar. Sus ojos no parpadeaban, fijos como las estrellas lejanas que ya asomaban. 

     Esperaría la noche para llegar, se preguntaba.Y si le hago una señal para acelerar el encuentro.
     Todo se preguntaba, nada le respondía.
      La distancia era una recta que se acortaba, y de unos ojos que se desfiguraban, sintió el filo de su mirada como un puñal.
      Se inquietó y su inquietud pasó al perro que retozaba sobre la tierra seca; que tieso se levantó oteando el horizonte.
      Un sonido a cascos ya le llegaba. Las sombras dibujan alargadas manos buscando la luz. El perro gruñó; y él tomó una actitud defensiva.
      Se achicó de hombros y dobló las rodillas. Al instante sintió un silbido sobre su cabeza y un estampido que le seguía.
      Se quebró definitivamente la tarde.
       La segunda bala no fallaría se dijo, estaba muy expuesto.
        El caballo como desbocado bien frente a él se agrandaba, mientras su cuerpo hacia contacto con la tierra.
       En su mano brillaba, consumiendo la última luz del día, un Colt 45. Los disparos definitivamente barrían al silencio arrinconándolo en la lejanía de árboles y rocas.
       La fiereza del encuentro llenó de rojo el atardecer. Solo un perro aullaba sobre un cadáver, y un caballo blanco sin jinete se volvió negrura al internarse en los senderos de las montañas.
        La muerte se quedaba en los paisajes, naturaleza muerta.