Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña,
ni la sucesión de tu vida situándose en palabras o acallamiento
serán favor tan persuasivo de ideas
como el mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis ávidos brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha en la selección del recuerdo,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes,
Arrojado a la quietud
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera quizás como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo
sin el amor, sin mí.
Jorge Luis Borges
Hace 113 años nacía el Escritor Jorge Luis Borges, como pequeño homenaje subí este poema suyo.
El amor para Borges como para Marcel Proust, aquel que decía: "Sólo se
ama lo que no se posee totalmente", era como un paraíso perdido. Un edén
imaginado entre sueños y en estados que la consciencia asumía para
llegar a un amor sublime. Totalmente ajeno al amor occidental alimentado
por princesas, sapos y limitado por el "te amaré para siempre" entre estados alterados de pasión y representado por una poética del
deseo y posesiva, la poesía de Borges transitó un amor en búsqueda de
lo perdido, donde el amor no sea amor avasallado y las personas ya no
existan para amarse. El que conoce al amor sabe que ha llegado a un
lugar pero sabe también que no ha llegado a ninguna parte. Borges no
delimitó el amor solo a las mujeres, amaba los libros, y a la gente
incondicionalmente y tras esos miedos de amar y no ser correspondido,
los escondió en la literatura y en su enciclopédica vida, y transitó por
las calles de la imaginación, por la ciudad de su creación, un paraíso
infinito que nos llama a vivirlo.
Prudencio Hernández Jr. (c) 2012