martes, 30 de noviembre de 2010

AS DE ESPADAS

En el ocaso de aquellos días, sentía aún el resoplar de la locomotora con sus vagones, el humear de nubes negras cuando su silbido se acercaba al pueblo, y el último vagón, el más mirado, el que todos los amigos corrían por los rieles cuando la subida escarpada lo detenía casi, y le costaba moverse. Se movía sí, pero hacia los costados como buscando fuerza para seguir, siempre lo lograba. Era el momento de saltar y quedarse allí esperando llegar a la cima, y de vuelta en la bajada, antes de llegar a la estación y detenerse.
No había mucho por hacer en aquel pueblo perdido en Rocha lejos de la civilización. El tren traía alegría, cosas nuevas. Iban hasta el andén y veían a la gente bajar, subir, saludarse, desearse buen viaje. Oían el pregón de los que vendían sus alfajores, huevos, queso, flores, revistas. Y ellos ya empachados de civilización volvían al campo.
A Rafael la rutina no lo dejaba crecer, quería saber algo más, llegar hasta donde llegaba el tren a la gran ciudad. Pero: ¿Qué haría allí? Se preguntaba.
Sabía que sin el misterio la vida no existía, sin lo nuevo para saber y crecer tampoco, nadie debería saber de su destino. Tomó una valija
vieja, unas cuantas ilusiones, y subió al tren. Los amigos le ayudaron en aquella aventura. El último vagón le protegió cuando se detuvo
en el pueblo. Todos sus amigos bajaron. Los vio alejarse con las manos en alto, ahora era a él, a quién despedían...quizás para siempre.
Guardó aquella escena, un cuadro pintado en su alma.
El último vagón era su refugio. El traqueteo del tren era su compañero. Afuera el verde de una primavera hermosa daba brillo a la tarde. Escondido entre grandes baúles abrió su pequeña valija, apenas una muda de ropa, una manzana, una mazo de cartas viejas, un reloj grande regalo de su abuela.
Sacó un libro. Una vez su madre antes de morirse le había dicho, un libro es una eterna compañía, él te llevará a otros mundos que jamás visitarás. Su hermano le había conseguido un libro de aventuras de caballeros. La tarde caía, le habían dicho que era un viaje de 10 horas y llegaría entre la luces del amanecer a Montevideo. Ya era el atardecer. Un rey había llamado a la Muerte para guerrear a su lado y que no lo abandonara. Su presencia en el castillo propició al Rey para liberarse de sus enemigos, unos amanecieron ahorcados, su principal ministro apuñalado, una dama envenenada yacía al pie de su portal. El Rey agradecía a la Muerte su ayuda. En los torneos de palacio el Rey veía como la Muerte aniquilaba a sus rivales. Llegó el día de guerrear y la Muerte debía montar su corcel negro y acompañar al Rey a los campos de batalla. Nada detenía al Rey y a la Muerte, se apoderaban de sus rivales y de la Gloría eterna. Quebraba, arrancaba, cortaba, los masacraba a los ejércitos enemigos. La Muerte era su fiel seguidor. Pero las batallas se terminaron y el Rey cansado quiso despedir a la Muerte, y la Muerte le dijo al Rey de volver a palacio, que debía terminar su misión y que lo esperaba a él, en esa madrugada, para cabalgar juntos en su última visita por esas comarcas. El rey sumiso dijo que sí. Simulando se retiró a sus aposentos queriendo escapar, corrió por los pasadizos secretos, llegó a las caballerizas ensilló el corcel más oscuro y salió en la noche cerrada a campo traviesa. Galopando, galopando, se dio cuenta que su caballo era más negro que las tinieblas, y jamás volvería de la oscuridad.
El tren seguía en su rutina de kilómetros. Levantó los ojos del libro, ya no veía para leer. La noche desplegaba su manto de total oscuridad. Intentó abrir la ventana para dejar entrar algún reflejo de la luna que imaginaba salía por el otro lado. Se durmió en el frescor de aquella noche serena.
Entre las hojas de aquel extraño libro de caballería que yacía a sus pies, una luz asomaba de su interior y al unísono salió un as de espadas acerado, giró en el aire, brilló por un instante como una luz mala en la noche, y se clavó en su corazón.

Prudencio Hernández Jr. (c) 2009

13 comentarios:

Ana Galindo dijo...

¡Cuánto tiempo amigo sin tener visita tuya! Ahora me encuentro con tu relato épico-romántico...y me quedo fascinada. Maravillosa propuesta y puesta en escena.
Llevas al mundo de los héroes, de la magia, impregnados de tensión.
Un beso

Prudencio Hernández Jr. dijo...

Hola ana..
Problemas personales no me dejan andar mucho por aqui..los visito cuando puedo no cuando quiero..pero ya vendran tiempo mejores..debemos siempre ser esperanzadores.
Gracias por tus apreciaciones de este cuento son muy valiosas para mi
Un beso

Bárbara Himmel dijo...

Hola Prudencio,estamos mas o menos iguales con el tema de las visitas..pero como bien tu dices no hay que perder las esperanzas,en consecuencia recibe mi apoyo para lo que necesites!!
muy buen relato..no es lo que sueles escribir..pero nada mal,llevadero,entretenido,misterioso y mágico,será el tren de la vida?..o ese que pasa y te da una nueva posibilidad,uff diras interpretaciones como lectores..pero bueno..estas serán nuestras utopías,nuesros sueños!!
nuestras ganas de ganarle a la muerte tal vez?...
estubo bueno!!
mi cariño para ti!
abrazo fuerte!

Charo Bustos Cruz dijo...

Un placer leer tu relato, es bellisimo.

Saludos cordiales

_Charo Bustos Cruz_

Prudencio Hernández Jr. dijo...

Hola Barbara..
gracias por tu disposicion.te diria al contrario yo me dedico al cuento..la poesia es una affición...blogueera..creo qeu los blog se da para escribir poesia y no cosas muy largas..todo rapido..es un lugar muy espicial con sus "costumbres"..hay gente que uiere recibir muchos amigos y se deseperan..otros..maas omenos y otrs que hno quieren saber nada..y escriben por placer de escribir..no le interesan para nada los demas..todos tiene su razon valedera..yo uso todas las formas..tengo mi blog secreto..jaja..tendran que descubrirlo..jajaja.
Si un cuento asi da para muchas interpretaciones..al final diré la mia..que me basé..espero que alguien ..le acierte..jajaja
Tin su punto mágico..y su punto real e la busqueda de un lugar en le mundo para cada..uno...y muchas veces esos sueños se truncan..a veces por cosas mas simples que un as de espadas asesino..jaja
Besotes desde el sur

Prudencio Hernández Jr. dijo...

Hola Charo..
Un saludo me alegra que te gustara..
Besotes

María dijo...

Impresionante relato, Prudencio.
Cuántas veces los seres humanos inciamos esa huída hacia delante intentando alejarnos de nosotros mismos... sin darnos cuenta de que de un forma u otra, la vida o la muerte siempre nos alcanza.
Un beso desde mi sur con los primeros toques de invierno.

Anónimo dijo...

Querido Prudencio, magnifico relato, eres un gran escritor, me gusto mucho.
La muerte siempre te da ventajas porque al final siempre es ella la que gana, lo lei un día y me quedo grabado.
siempre es un placer leerte, asi que tienes un blog escondido, que bonito jajajaja.
besitos para ti querido amigo que llena mi corazón de esperanzas, que Dios te bendiga.

Unknown dijo...

PRUDENCIO tu relato es relmente atrapante. tiene un ritmo de lectura muy interesante. Quien haya leído libros de caballería sabe la magia de entrar a ese universo y perderse en las emociones de los personajes. FELICITACIONES.Lo disfruté mucho. BESOS

Sneyder C. dijo...

Fabuloso relato lleno de misterio y encanto, un recorrido largo en el tren de la vida donde la incertidumbre, la oscuridad del último vagón pintado en su alma era su destino…

Un abrazo Prudencio

Prudencio Hernández Jr. dijo...

Ana...Barbara...Charo...Maria..Noemi..Claudia ..Caty gracias por sus apreciciones sobre este cuento...que sí reune todo eso que han dicho..da para encontrale significados y todos válidos..
Vuestras palabras me alientan a sacar algun cuento mas de mi cajonera antes que las polillas hagan de las suyas..o sea lo que tengas que hacer..los dejaré por aqui..para que los lean...por unos instantes seran protagonistas junto a mis humildes letras
Gracias de corazón

MAJECARMU dijo...

Prudencio,tu relato nos lleva directamente al misterio de la vida...A la "causalidad" a los principios del Universo,que manejan los hilos del destino...
...y al unísono corrían el corcel negro del rey del cuento...y el último vagón,llegando a su fín,inevitablemente.
Mi felicitación por esa buena construcción y mensaje que nos dejas...No podemos huir cuando la muerte se acerca.
Mi abrazo grande.
M.Jesús

Rayén dijo...

Prudencio:

Gracias por tu visita a mi blog yo había pasado silenciosamente por aquí sin hacer comentarios.
Te agradezco tu aporte sobre el poema "Instantes" ya sabía sobre la polémica en torno al autor pero en un sitio web serio se dice que él hizo una adaptación al escrito, enriqueciendolo por eso se le atribuye.
En todo caso, yo no eligi el texto por el autor si no por el contenido.Sinceramente, creo que por la vida hay que ir más ligero de equipaje para disfrutar más de los momentos simples, sin complicarnos tanto la existencia.
Espero que nos sigamos visitando y comentando.Tienes un blog muy interesante.

Saludos cordiales!!